Cierta madrugada, venía por la A-7 desde Denia hacia Barcelona y, como era de esperar, mi pobre SEAT 600 se rompió.
Me tiré a la cuneta, esperando que alguien parase, y a los 10 minutos aparecía un Mercedes Benz Compressor a 170 km/h.
En eso veo que el tipo del Mercedes da marcha atrás y vuelve hasta mi SEAT.
Ahí mismo se ofrece a remolcar mi pobre porquería, lo que acepté enseguida, pero le pedí por favor que no corriese mucho, que si no mi SEAT y yo nos íbamos a la mierda (obvio).
Así que pactamos que le iba a echar las largas cada vez que el Mercedes fuese muy rápido.
El Mercedes comienza a remolcarme, y siempre que corría demasiado, le daba una ráfaga.
En eso, aparece un Porsche Carrera GT, que intimida al Mercedes.
Éste no deja que lo ganen y va:
120, 130, 150, 190, 210, 240, 260 km/h.
Yo ya estaba desesperado, echando las luces como loco, y los dos a la par...
Pasamos por delante de la Guardia Civil, y ni vi el radar, que registra unos impresionantes 270 km/h.
Entonces el agente avisa por radio al próximo puesto:
- ¡Atención! ¡Atención!
Un Mercedes Gris Plata y un Porsche Negro disputando una carrera a más de 270 km/h en la autopista.
Y... muchachos... juro por mi madre, por mis hijos y por todos mis muertos:
¡¡Viene un SEAT 600 detrás de ellos dándoles las largas para que lo dejen pasar!!
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